La versión más oscura de los cuentos #8: Hansel y Gretel

   Hoy nos introducimos de nuevo en el mundo de los cuentos, pero como es tradición en esta sección, solo repasaremos los más truculentos y oscuros. Por eso se merece un lugar en este espacio los pequeños hermanos que fueron abandonados en el bosque a su suerte, y no son otros que los famosos Hansel y Gretel.

La historia más conocida pertenece a los hermanos Grimm, y fue publicada en el año 1812. En ella, los dos hermanos topan con una bruja de costumbres caníbales, que gracias a su casa hecha de dulce es capaz de atraer a los jóvenes desamparados. Pero después de mucho sufrimiento, Hansel y Gretel logran acabar con la bruja y salir vivos de tan complicada empresa. Pero con tintes semejantes, existe otro cuento de origen francés titulado “Los niños perdidos”, cuyo origen es anterior a la conocida historia de los hermanos Grimm.

□ La casa roja y la casa blanca

Estos al menos cayeron porque la casita era toda de dulces...

   El inicio de la historia es igual al que todos conocemos, y en realidad, la esencia es la misma, salvo el villano y las circunstancias que lo rodean. En este caso, los padres, llamados Jacques y Toinon, son avaros y crueles con sus hijos, y por ese motivo, creen que son un peso en sus vidas. Acaban abandonándolos en el bosque, donde perdidos, Jean de 12 años y Jeanette de 8, buscan desesperadamente el camino de regreso a casa. Para poder tener una mejor visión, Jean se sube a un árbol desde donde vislumbra un casa roja y otra blanca. Guiándose por el azar, los hermanos deciden ir hasta la casa roja.

En su interior encuentra una mujer preocupada por cualquier ruido que sonara por encima del susurro, e insta a los pequeños a guardar riguroso silencio. El motivo era su marido, ya que si por sus voces consiguieran despertarlo, éste acabaría comiéndoselos vivos. En principio, parece una advertencia un tanto exagerada, pero esa sensación queda totalmente descartada en cuanto conocen al susodicho marido; no es otro que un Demonio. A pesar de intentar hacer caso a la mujer, el Demonio acaba despertándose debido a su olfato, y es que el olor de ambos hermanos es demasiado suculento...

□ El caballete de la muerte

   Tras descubrir a los pequeños, el Demonio hace como la conocida bruja de “Hansel Y Gretel”, solo que con matices diferentes. El pobre Jean acaba encerrado en un almacén donde el Demonio pretende que engorde y quedar así a punto para la parte final. Como él mismo es tan grueso que no puede entrar en el almacén, le encarga a Jeanette que alimente ella a su hermano, y pasado un tiempo le pide una prueba de cómo está su condición. Le exige que le lleve la punta de uno de los dedos de Jean, pero ella en cambio, le lleva un cola de rata. Sin embargo, muy a su pesar, la tercera vez que lo hace, el Demonio se da cuenta del engaño y saca de una vez a Jean de su cárcel. El destino del pobre no es otro que un caballete, donde, ojo pesadillas infantiles, piensa cortarle la garganta hasta que se desangre por completo.

Afortunadamente, antes de llevar a cabo semejante plan, se ilumina y decide salir a dar un paseo. Ese es el momento clave para los hermanos, que no dejan pasar la única oportunidad que tienen de salir de allí con vida.

El Demonio debe ser algo así, pero en versión masculina

Su vía de escape es la mujer del Demonio, pero si pensáis que será de una forma y dulce y de cuento, estáis equivocados... Tanto Jean como Jeanette, fingen no saber cómo colocarse sobre el caballete, logrando que la mujer bien engañada, acabe con su cabeza sobre él. Sin dudarlo un segundo, Jean se acerca y le corta la garganta de un tajo certero, dejando que sea ella la que acabe desangrada (trauma logrado). Antes de marcharse, cogen todos los tesoros que tenía guardado el Demonio y huyen. Bastante tétrico todo. Pero tal sangriento ardid no se queda en el olvido, pues a alguien no le va a gustar lo que encuentre cuando llegue de nuevo a casa.

□ El río que limpia el mal

Estaba claro que al Demonio no le gustó un pelo lo que encontró en su casa a la vuelta. Persiguió a los dos hermanos con la ira quemando sus entrañas, pero por mucho que preguntara, ningún lugareño parecía haberlos visto. O al menos, niegan saber algo al respecto. Hasta que una lavandera le cuenta que los vio cruzar al otro lado del río. Sin embargo, la suerte del Demonio iría de mal en peor, porque la mujer consigue engañarlo como habían hecho los niños con su mujer y hacer que termine ahogándose en sus aguas.

Al final, los niños regresan al hogar donde terminan por cuidar a sus padres, a pesar de lo que los crueles que fueron con ellos cuando los abandonaron a su suerte, en el peligroso bosque.