sábado, 14 de febrero de 2015

La leyenda del Dios que se transformó en cisne por amor


¡Buenas desde la biblioteca!

San Valentín ya está aquí, y aunque celebrar el amor, se debe hacer todo el año, tomaré prestada esa fecha para traeros una leyenda. Esta vez, desde la mitología celta. Se trata de un Dios conocido con el nombre de Aengus, o Mac Oc (Joven Hijo), que fue capaz de ir hasta el fin del mundo por ella.




El Dios celta del amor

Aengus es conocido como el dios celta del amor, hijo de Dagda y Boann (diosa de la fertilidad); también se le relaciona con la juventud y la poesia. Es representado como un hombre joven y hermoso, al que siempre acompañan cuatro pájaros que vuelan a su alrededor. Se dice que posee un manto de invisibilidad con el que se protege a sí mismo o a otros. Es uno de los personajes más importantes de la tradición irlandesa.


El amor que apareció en sueños

Como buen Dios del amor, Aengus levantaba pasiones allá por donde pasaba, no sólo por su físico sino también por su atractivo carácter. Pero a pesar de poder tener a quien quisiera, él se enamoró de una mujer que solo conocía a través de sus sueños. De piel tan blanca como la nieve, cabellos de oro y ojos negros como la noche, se le apareció una vez mientras dormía, y al instante quedó prendado de ella. La segunda noche que la vio ella estaba tocando el arpa, y ese día despertó aún más enamorado. A medida que las noches pasaban, él se iba quedando más prendado hasta enfermar de amor.

Viendo como su hijo se marchitaba día tras día, la madre de Aengus decidió interrogarle para averiguar qué le pasaba. Al final, el joven confesó, y dispuesta a ayudarlo, buscó a la misteriosa joven sin éxito alguno durante un año. Dado que la situación iba cada vez a peor, solicitaron la ayuda de otros dioses y después de tres años, consiguieron encontrarla. Se llamaba Caer, hija del rey Ethal, y vivía en un lago.

Reavivado por la buena nueva, Aengus viajó sin esperar un segundo más hasta la tierra de la joven. Cuando la vio por primera vez en carne y hueso, se le iluminó la mirada, pero casi de inmediato se nubló al ver que ésta estaba unida mediante una cadena de oro a otra joven, y junto a ellas, otras 150. Al instante de percatarse de este detalle todas las doncellas que en el lago estaban, se transformaron en cisnes.


La melodía del cisne

Cuando pudo recobrarse del impacto, supo por Ethal, que sobre la bella Caer pesaba una maldición; durante un año completo era una mujer, y al año siguiente se transformaba en cisne. Pero Aengus ni se lo pensó dos veces, y fue hasta el lago donde se sumergió buscándola por todos lados. No tardó en encontrar al cisne en que se había transformado Caer, y rebosando amor, le confesó todo lo que sentía. Solo este simple acto sirvió para que el milagro cayera sobre la pareja, convirtiendo a Aengus también en un cisne.




Desde ese día permanecieron juntos, tanto cuando era el año que eran humanos, como cuando les tocaba ser cisnes. Se dice que ambos emitían una melodía tan hermosa, que aquellos que la escuchaban caían profundamente dormidos durante tres días en completa paz. 








4 comentarios:

  1. Hola^^
    Muy interesante la leyenda, gracias por hablar de ella.
    besos!

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  2. ¡Que leyenda tan bonita!
    Aunque me interesa muchísimo, sé muy poco de la mitología celta, así que gracias por la entrada. Es una preciosidad.
    Un beso.

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  3. Buenas! hacía tiempo que no te leía Nimue!
    Me ha encantado sobre este mito! Es precioso!
    besos

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  4. Me gusto la entrada , muy curiosa y la historia me parecio linda ;)

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